Mi compromiso a publicar
Notas sobre el invierno, el verano, y los duelos. Las lecturas, el amor a los libros y la vida.
I.
Escribo este manifesto personal mientras el ruido de la madera en el fuego cruje y Kepi, mi perra, me mira de reojo pasa ver si se me cae alguna miga; mientras, el té me calienta las manos en esta jornada bajo cero en Irlanda.
Voy a inaugurar este espacio para hacer firmar un compromiso para conmigo: intentar publicar de manera regular. La idea es compartir anécdotas en la isla sin sol, libros que estoy leyendo, películas que veo, pensamientos entrecruzados, poemas espóntaneos que surjan.
Para mí, escribir es un acto íntimo y un espacio seguro, y publicar siempre ha sido un desafío. Un poco porque me siento vulnerable, ya que muchas veces escribo sobre situaciones que me atraviesan; otras veces por el mismísimo síndrome de la impostora que me dice: I’m not good enough. But, well… quien no arriesga, no gana. ¿A vos también te pasa?
También encuentro este espacio adecuado, que me recuerda un poco a la época del blog, de otros ritmos digitales, sin tendencias, ni algoritmos que marquen la agenda de lo que se tiene que publicar o no. También entiendo dónde estoy escribiendo, y que la plataforma a todo. Por eso, pido conectar con
personas que escriban sobre sus experiencias de la vida cotidiana
personas que compartan sus lecturas
Lecturas reflexivas, talleres de escritura, poesía, naturaleza, dolor.
Ya sé. Tengo/tuve otro blog (otros en realidad), que sigue online y pueden ver sus publicaciones acá, pero hoy siento la necesidad de explorar este espacio y encontrarme con lecturas que me sorprendan, inciten a la reflexión o simplemente al goce, interactuar con otras personas que habiten el mundo de la lectura y escritura.
En síncronía, vi la película Días Perfectos de Win Wenders , que habla sobre el disfrute de las pequeñas cosas y la decisión de vivir de manera más lenta, quizás más analógica también. (Por cierto, ahora tengo en mi lista de pendientes el libro “Árbol” de Aya Koda, que es leído por el protagonista).
En sí, una establece la relación que quiere tener con las redes sociales, cuáles son sus intenciones con cada plataforma y la forma en qué utilizará esos espacios. Por eso, volviendo al tema de publicar, la idea es hacerlo de manera periódica, ya que entiendo que el proceso creativo como tal tiene sus propias reglas y no siempre es tan lineal como me siento- escribo- publico; sino que lleva su tiempo de leudado y no siempre las palabras aparecen tan fluidamente para expresar lo que quiero.
La disciplina de culo en silla y mano con birome está, porque sí, también me gusta un poco el mundo análogo y el ejercicio de escribir a mano me relaja, incluso hacer garabatos en las páginas cuando no se qué escribir me quita la tensión; es como gritar en papel. ¡Te invito a que lo pruebes!
II.
Llegamos a mitad de mes, hace un sol que anima a estar unas horas afuera; la temperatura se soporta con un súeter y una campera después de los menos grados de las semanas anteriores que nos obligaron a usar más de dos capas para vestir.
Aún me cuesta aceptar el invierno en enero - mi mente criada en el Hemisferio Sur-, aunque me acostumbré bastante a los días de oscuridad, que duran casi medio año. Pronto será el comienzo de la primavera, que se celebra con el día de Santa Brígida (1ro de febrero), y con ello, la salida y puesta del sol se extiende poco a poco cada día y eso influye en el humor, poco a poco cada día.
Los brotes de narcisos ya asoman en el jardín y los pájaros están a full armando sus nidos. Alrededor de mi casa armamos tres comederos, así podemos apreciar las distantas especies mientras arman sus niditos. Puedo reconocer a algunos: hay robins (petirrojos) con su pechito naranja y la panza redondeada; son siempre los más amigables, House Sparrow (gorrión), BlackBird (Pájaro negro con pico súper naranja) y los siempre tan hermosamente amenazantes cuervos.
Observar a las aves y escucharlas me recuerda a Mary Oliver, porque su lectura es necesaria cuando te estás ahogando entre tanta rapidez. Oliver siempre te invita a parar un momento y apreciar con asombro tu alrededor, y a no olvidar tu lugar en la “familia de las cosas”.
Ahora, saqué de la biblioteca del pueblo el libro “Blue Horses” (Caballos azules); creo que no está en español todavía. ¡Bah! Encontré poemas aislados traducidos, pero no toda la obra. Sí está en algún lado, ¿me avisan?1 Acá te dejo uno de los poemas que más me gustó: se llama “I’m Not The River” (No soy el río).
La traducción:
“No soy el río
esa poderosa presencia.
Y no soy el roble negro
que es la paciencia personificada.
Y no soy el pájaro rojo
que es una vida breve que se disfruta de corazón.
Ni soy barro ni roca ni arena
que lo mantiene todo unido.
No, no soy ninguna de estas cosas significativas, todavía no”
También leí “Desarticulaciones” de Sylvia Molloy (Eterna Cadencia; 2010), que me prestó una amiga, que lo compró en Buenos Aires. Es el primer libro que leo de la escritora argentina y me gustó mucho. Corto e inteligente. Una narración lúdica y dolorosa que retrata el encuentro de una narradora al visitar cotidianamente a su amiga ML. quien tiene Alhzeimer.
III.
Retomo este escrito desde Argentina, en verano con un sol que raja la tierra patagónica. Estoy en mi ciudad natal desde hace dos semanas, cuando me avisaron que mi papá murió. Es la primera vez que lo escribo desde que pasó, más allá de los mensajes que tuve que mandar.
Mi cuaderno quedó freezado en el 21 de enero y desde entonces no quise escribir porque tengo miedo de conectar con lo que puede salir. Escribo en mi cabeza lo que quiero decir sobre él, honrar su trayectoria; sobre lo que siento, cómo seguir, pero lo estoy evitando. Me hago cargo, pero al mismo tiempo, soy consciente de mis actos y aún así encuentro el espacio para estar conmigo. Sé que puedo recurrir a la escritura más íntima cuando más lo necesito e incluso, escribiendo estas líneas, estoy saliendo de mi zona de confort.
Siempre me dijo: “Vos tenés que publicar algo” y yo le decía que sí, que algún día lo iba a hacer. Voy a grabar sus palabras en mi cabeza y me las recordaré cada vez que dude sobre publicar.
Hoy llevé parte de sus libros a una biblioteca popular en la ciudad vecina. Me fui tranquila y contenta, porque el lugar es precioso y se notan que aman los libros y la lectura tanto como él y como yo; que no son simples adornos en las paredes, sino que tiene un valor sinbólico mucho más fuerte, una conexión personal. Pienso, también, en cuánto dicen de nosotros/as, y cómo nuestros gustos van variando según pasa el tiempo, contexto, intereses, pero el hábito de la lectura nunca se va.
Más arriba escribí sobre la idea de publicar períodicamente, pero hoy me doy cuenta que una propone y la vida dispone, que publicaré cuando pueda; aunque tengo un montón de ideas que me gustaría compartir en este espacio y quiero que mis palabras queden registradas en algún lugar, que a alguien le pueden servir.
Cierro este primer escrito contando que estoy leyendo “La vegetariana” de Han Kang y que voy a necesitar sus comentarios, perspectivas, pensamientos sobre este libro, que está siendo duro pero no puedo dejar de leer. Sí ya lo leíste, contame qué te pareció.
Hice un taller de escritura con Pilar Cimadevilla (
) y una participante contó que hay una editorial argentina -Ostinato editorial en Instagram -que está editando los libros en español. ¡Qué alegría!